Conciertos

 

16-03-2012

Sharon Jones. Circo Price, Madrid


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La cantante de soul norteamericana Sharon Jones dio un concierto en el Teatro Circo Price de Madrid el segundo martes de marzo. Ese día era Martes y Trece en el calendario, difícil de olvidar. No hubo bodas ni embarcos pero tampoco fue necesario. Una pequeña mujer junto a diez músicos más fueron suficientes para dar significado a la palabra leyenda.

Sharon tocó en Madrid como parte de su gira de presentación de Soul Time! el nuevo disco que sacó a finales del 2011 y en el que toca junto a la banda soul- funk  The Dap Kings. Para la ocasión, también la acompañaban dos mujeres de profunda voz negra en los coros.

Tras una presentación a la americana, hecha por el líder de los Dap, Bosco "Bass" Mann, salieron las del coro a introducir un tema. Ellas mismas calentaron el ambiente de lo que sería una noche de espectáculo y buena música. Y lo hicieron tan bien que cuando salió Jones, el público ya estaba aplaudiendo con los brazos en alto.

Frenética unas veces, saltarina otras, pero nunca quieta, la de Georgia disfrutaba con lo que hacía, que no era ni más ni menos que cantar y hacer cantar. Y la banda le respondía igualmente, acoplándose a sus variaciones de último momento: improvisados finales de canciones, cambios de tono, arpegios de guitarra en sus diálogos…

Porque sí, Sharon habló con el público sobre el reciente fallecimiento de su madre o lo bien que se encontraba en España. Además, bailó con un admirador que dejó subir al escenario y cantó el tema What if we stopped paying taxes? fuera del orden previsto porque se lo pidieron desde las gradas.

Tras más de hora y media de concierto con este ritmo furioso, se despidieron dejando al público con tantas ganas de más que no sabían dónde meter la energía. Aplaudieron y silbaron sin descanso hasta que obtuvieron lo que querían: un bis.

Y Jones sorprendió con un bis tan bueno como el concierto mismo. En él recordó a Amy Winehouse, Etta James y Whitney Houston, y las imitó. Tan pronto cantaba un tema de Amy con su forma de bailar como hacía de Whitney bromeando sobre la dificultad de llegar a los agudos en I will always love you.

Y así, entre imitaciones e interpretaciones, poco a poco fue bajando el ritmo de la música y las pulsaciones del público. Se despidió con elegancia y dejó en la mente de todos un ejemplo del término ”conciertazo”.

 

Autor: Esther Martín

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